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Foto del escritorEl Instituto

La destrucción como espectáculo

Isabella Nardi y Pilar Bregy*




Al calor de lo que parecía un concierto de rock y con el shofar judío de la victoria antes de una guerra, el miércoles pasado, se comenzaba a llenar el estadio del Movistar Arena en la ciudad de Villa Crespo, Buenos Aires, para dar inicio al cierre de campaña del candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei. Más de 15.000 libertarios de todas partes del país se reunieron para acompañar a su líder, en una fiesta imponente, llena de todo tipo de personajes: personas disfrazadas, personas con máscaras de león, personas con pelucas imitando la cabellera de Milei, etc. También estuvieron presentes motosierras de peluche y de cartón, dólares gigantes y cientos de billetes falsos lanzados por el aire. Muchas banderas flameaban entre la gente, y no solo argentinas, sino también de países de la región, México, Bolivia, Venezuela.


Las primeras imágenes que aparecieron en una pantalla gigante, fueron las de un video emotivo del transcurso de la campaña junto a los recuerdos de la victoria en las PASO, sumado a un spot a modo de cierre con palabras del candidato, haciendo hincapié en ganar en la primera vuelta y en sumarse a fiscalizar. Luego, sorprendentemente, comenzaron a aparecer imágenes de explosiones e implosiones de edificios, destrucciones, bombardeos y fuego hasta que todo este espectáculo, se transformaba en un león.


Estos simbolismos, típicos de su retórica, van de la mano con sus propuestas de “prender fuego el banco central” o de su uso constante de una motosierra haciendo alusión a destrucción y recortes.

La entrada fue fiel a su estilo: entró caminando por el medio de la gente, eufórico, agitando brazos como barra brava de fútbol, gritando y sonriendo. La música acompañaba la euforia a todo volumen. Un militante libertario de la ciudad de Rosario afirmó: “Milei atravesó una multitud que lo aclamaba y saludó a todos, el público enloqueció, la gente filmaba, cantaba, saltaba. Fue una locura”. Como una estrella de rock, el candidato libertario cantaba “la casta tiene miedo” y su hit de campaña “yo soy el león, soy el rey, te devoraré”, una interpretación de la canción “Panic Show” de una banda argentina reconocida.


Los libertarios celebraron en lo que fue una mezcla de un concierto de rock y un partido de fútbol. Se respiraba adrenalina y mucho entusiasmo; la victoria parecía cada vez más cercana. Milei le pidió a sus militantes que fiscalicen. Recordemos que su partido, La Libertad Avanza, es la primera vez que compite en una elección nacional y no cuenta con estructura partidaria para contemplar la fiscalización en todas las provincias. Es por esto, que necesita llamar a la acción. La acción del voto, pero también la acción del compromiso de cuidar cada uno de ellos.


“Ya no somos una fuerza de barrio, ni un fenómeno nacional, somos un fenómeno mundial” afirmó el candidato de la ultraderecha argentina, respirando una futura victoria. En las pantallas gigantes aparecían mensajes que leían “Todos con Milei” y “La única solución posible”, embanderando el hartazgo de parte de la sociedad argentina por la incapacidad de los últimos gobiernos en dar solución a una deuda pendiente en la historia argentina: la inflación.


Uno de los momentos de mayor exaltación, fue cuando el economista Alberto Benegas Lynch, uno de los referentes libertarios, llamó a romper las relaciones con el Vaticano: “creo que habría que iniciar lo que hizo (Julio Argentino) Roca, que es suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras en la cabeza del Vaticano prime el espíritu totalitario”. Una propuesta un tanto polémica, siendo Argentina el país con mayor cantidad de creyentes católicos y donde existen millones de fieles que practican la religión.


“No nos resignemos a ser cada día más pobres”, “hay esperanza”, “Argentina tiene futuro, pero ese futuro existe solamente si es liberal”, “los únicos que se van a caer al precipicio son ustedes, los chorros de la casta política” (refiriéndose a dichos de Sergio Massa), fueron algunas de sus palabras. Creer que sus votos son únicamente votos bronca es una falacia. Claro está, aun observando la magnitud de este evento, que despierta esperanza entre sus votantes. “No podemos cambiar de verdad con los mismos de siempre”.


Javier Milei se impuso como el ganador de las PASO el pasado 13 de agosto con el 29% de los votos, y competirá este domingo en las elecciones generales intentando ganar en primera vuelta. Para lograrlo, necesitará recaudar el 45% de los votos o el 40% con diferencia de 10 puntos en relación con el segundo - dato que las encuestas no arrojaron en ningún momento de la campaña. Incitó a ir a votar este domingo expresando que “son las elecciones más importantes de los últimos 100 años”, a lo que corrigió y dijo “107”. Esto pareció hacer referencia a la asunción del ex presidente radical, Hipólito Irigoyen, en 1916.

Este año, Argentina celebra 40 años del retorno de la democracia.


Aún así, el candidato libertario expresó “probablemente (el domingo) hayamos pasado el desierto de los 40 años para llegar a la libertad”. Contactamos a una de sus militantes, para consultarles sobre estos dichos, y respondió: “No creo que hable de los 40 años de democracia. Fue más una referencia al actual conflicto de Israel, donde pone de ejemplo cuando los judíos cruzaron el desierto y después de 40 años pudieron finalmente llegar a la libertad de su pueblo”. La verdad es que no sabemos a qué se refirió, pero no sería la primera vez que haya jugado retóricamente con los 40 años ininterrumpidos de democracia argentinos y que haya puesto en duda el valor de la misma.


*Isabella Nardi y Pilar Bregy son estudiantes en Ciencia Política de la Universidad Nacional del Rosario (UNR).


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